12 ago 2013

EDUCACIÓN POPULAR

Siguiendo con el tema de la educación que tanto me gusta, hoy quiero hablarles de un libro que todavía no leo y está escrito por una persona con la cual no comparto mucho su ideología. El libro de llama "De la educación popular" y fue escrito por Domingo Faustino Sarmiento.
Este manual fue creado en 1849, como consecuencia del exilio de Sarmiento en Chile y desde donde viajó rumbo a Estados Unidos y Europa con el fin de encarar una profunda investigación sobre la educación pública.
Sarmiento estaba convencido acerca del carácter ineludible igualitario de la educación desde el primer momento: "Hasta hace dos siglos había educación para las clases gobernantes, para el sacerdocio, para la aristocracia; pero el pueblo, la plebe no formaba, propiamente hablando, parte activa de las naciones. Tan absurdo habría parecido entonces sostener que todos los hombres debían ser igualmente educados, como lo habría sido dos mil años antes negar el derecho de hacer esclavos a los vencidos, derecho sobre cuya práctica estribaba la existencia de sociedades libres."
El caso de estadounidense fue particularmente atractivo para Sarmiento y, en especial, su visita al estado de Massachussets fue decisiva en su experiencia. Allí tuvo oportunidad de conocer al gran educador Horace (tocallo mio tenía que ser) Mann, que influyó de forma decidida en su pensamiento.
Si hay algo que me llama la atención sobre lo poco que sé de este libro es la mirada visionaria que tenía este hombre. La importancia que le asigna a la gestión educativa y, dentro de ella, a su controlador de calidad. La importancia de crear tejidos y redes institucionales en todos los ámbitos que cooperen con la creación de un sistema educativo.
Otro punto donde se ve a un Sarmiento muy influenciado por Mann es respecto al rol de la mujer, donde está a favor de la igualdad de género. Con decir que en cierta oportuniad, y reconozco que me sorprendió, dijo lo siguiente: "Puede juzgarse el grado de civilización de un pueblo por la posición social de las mujeres". 
Igual de sorprendente, son los aportes que hace respecto a "infraestructura escolar", la que, junto con la remuneración del personal docente,constituye una de las áreas clave y a la vez crítica de la gestión educativa. "Antes de pensar en establecer sistema alguno de enseñanza, debe existir un local de una forma adecuada. Un sistema de enseñanza no es otra cosa que el medio de distribuir en un tiempo dado, la mayor instrucción posible al mayor número de alumnos. Para conseguirlo, la escuela se convierte en una fábrica, en una usina de instrucción, dotada para ello del material suficiente, de los maestros necesarios, local adecuado y  en seguida un método de proceder en la enseñanza que distribuya los estudios con economía de tiempo y dé mayores resultados". Al respecto, sorprende el modo en el que se adentra en cuestiones tan específicas como la forma en que deben estar hechos los bancos y asientos, el modo en el que deben ventilarse las aulas y hasta lo indispensable que resulta, para diferentes fines pedagógicos, de un reloj en las aulas.
Seguramente cuando lea por completo este libro, podré saber con mayor exactitud cuáles son sus fundamentos sobre estas cuestiones tan específicas. Por el momento solo puedo decir que sin siquiera tocar una hoja de este manual estoy maravillado y ansioso por leerlo. Desde ya, así como hay cuestiones, políticas sobre todo, que no comparto con Sarmiento, puedo decir que en temas educacionales y sobre todo en lo que respecta al rol del educador y algo tan importante como su remuneración, son cosas que comparto totalmente. Me da mucha impotencia ver con que poco se retribuye y motiva el trabajo de los maestros, tendrían que tener los mejores sueldos de país, lejos. Después de la familia (y aveces en mayor grado), son la institución mas importante e influyente que tienen los niños.    
Se está haciendo mucho por la educación, los números lo demuestran, pero todavía falta mejorar, y mucho. Como en el post anterior, me gustaría que se pueda imitar o asemejar esta actividad tan exitosa en otros países, el caso finlandés por ejempo. Pero aveces parece que hay cuestiones mas urgentes y prontas que resolver, aunque en el largo plazo no hay nada mas importante y revolucionario que la educación, la EDUCACIÓN POPULAR.

5 jul 2013

EDUCACIÓN, NADA ES MAS IMPORTANTE


Por fin! Hace rato que esperaba este día, hace tiempo que quería escribir sobre esto. Hoy les voy a hablar de un tema que se apasiona, de algo que sin dudas es más que trascendente para cualquier persona, sociedad, país, región, y por supuesto para mí, la educación. Instrumento que considero como lo más “revolucionario” que puede tener un ser humano. Instrumento que considero como la columna vertebral de cualquier comunidad y de la cual se desprenden un sinfín de otras actividades, que parecieran ser más importantes que esta, pero que, si se cuestiona profundamente, siempre llegamos a la misma base.

Como decía Napoleón, “con un ejemplo se entiende todo”, y hoy quiero mostrarles el ejemplo de un país, considerado en todo el mundo como el de mejor excelencia educacional a nivel global. Se trata de Finlandia, un pequeño país ubicado al oeste de Europa y perteneciente a dicho bloque desde 1995.
No son los que más invierten en educación (menos del 7% del PIB), ni los que imponen la mayor carga horaria a los niños en las escuelas (608 horas lectivas en primaria en comparación con 875 de España). Tampoco se inclinan por dar cantidades excesivas de tarea para la casa; y, a la hora de evaluar formalmente el éxito del proceso de aprendizaje, un par de exámenes nacionales cuando los jóvenes dejan la escuela, a los 18 años, les basta. Entonces, ¿cómo es posible que los alumnos finlandeses siempre ocupen los primeros puestos en las listas internacionales que evalúan los niveles educativos?
Uno de los temas clave, según varios expertos, es la calidad de los profesores. Para ellos, el profesorado tiene un nivel de formación extraordinaria, con una selección previa tan exigente que no se compara con ninguna otra en el mundo. Sólo entra en las facultades de educación gente con notas por encima de nueve, nueve y medio sobre diez. Son muy exigentes. Se les hacen pruebas de lectura, sensibilidad artística, de dominio de algún instrumento, de comunicación. Como resultado, las universidades sólo reclutan a un 10% de los estudiantes que se presentan. Y para ejercer la docencia todos los maestros necesitan hacer una maestría.
A esta exigencia, se le debe sumar el reconocimiento que reciben.  No necesariamente en términos económicos, ya que los sueldos de los educadores no presentan grandes diferencias con el resto de Europa (según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OECD, el salario básico de una maestro de primaria es de entre US$29.000 y US$39.000 anuales), sino sociales. Los maestros son considerados profesionales académicos y tienen la responsabilidad de desarrollar su trabajo, por eso no se ejerce sobre ellos un control excesivo. Como resultado de esto, tenemos la gran cantidad de gente atraída por ser docente, ya que puedo afirmar que en Finlandia, ser docente, es un honor.
Otra de las razones por las que el sistema finlandés funciona es, en gran medida, porque la escuela es sólo uno de los engranajes del proceso educativo. Las otras variables de peso son la familia y la sociedad -de tradición luterana- donde hay un elevado sentido de la responsabilidad y donde se valora a las personas "por su formación y no por su situación socioeconómica". La mayoría de los hogares están suscritos a uno o varios periódicos y ésta es una tradición que luego se pasa a los niños.
Los medios indirectamente también ayudan al aprendizaje de la lectura, ya que todos los programas de televisión en lengua original, la mayoría en inglés, están subtitulados y eso impulsa a los niños a aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora.
Pero también los finlandeses apuestan por la educación porque saben que como país pequeño, rodeado de vecinos poderosos como Rusia o Suecia y sin un arsenal de recursos naturales a su disposición, la cultura -su dominio en el ámbito del conocimiento- es lo que lo que les da la posibilidad de competir en una economía global.
¿Qué envidia no? No sé si envidia, pero como me gustaría que en Argentina sea más valorado el maestro, el profesor. Que se lo respete más, que tenga beneficios, que sea reconocido económica y socialmente. Que se sienta motivado por esta profesión.
Somos uno de los países que más invierte en educación en Latinoamérica -6% del PBI-, tenemos un montón de universidades públicas y cada vez se crean más. Pero tengo la sensación que no está alcanzando. No se trata tampoco de copiar y pegar el sistema entero, no funcionaria. Pero si de rescatar las cosas positivas y que tengan viabilidad en nuestro país, sus vecinos europeos lo hacen.
Podríamos empezar mejorando el proceso de selección de los maestros, fomentar más las bibliotecas públicas (en Finlandia son altamente concurridas) y sobre todo, comprometer mucho más a las familias para que contribuyan con el proceso de escolarización. Que cuando se planeen grandes reformas se incluya en el proceso a maestros y alumnos y que no sea solo un proyecto político.
En Finlandia casi toda la educación es pública y gratuita, al igual que la comida y los materiales de estudio. El promedio de alumnos por clase es de 23 chicos. Las clases son mixtas y de diferentes grados de capacidad. Se les toma un examen nacional cuando cumplen los 18 años. Durante los primeros seis años de primaria es el mismo maestro para casi todas las asignaturas. Y algo muy importante, tienen IGUALDAD DE OPORTUNIDADES.
En estos momentos donde un gran referente mundial no está pasando por un buen estado de salud, cierro esta nota con una de sus frases más famosas: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.
La dijo Nelson Mandela y espero que mi país, la República Argentina, la lleve como bandera siempre.





3 jun 2013

El cambio empieza por nosotros mismos



Mucho se habla hoy en día de la corrupción, de los sobornos, del lavado. Mucho odio se viene cargando y recargando desde aquel "que se vayan todos" en 2001.

Señores, les digo que los políticos serán malos, pero LA política no. La política como actividad en sí y como ejercicio pleno y único de poder generar cambio NO es mala.

Como sociedad nos es mas fácil desligarnos y echarle la culpa al otro, que seguramente la tendrá o no, pero nos hemos mirado un poco para adentro?

La batalla mas grande la tenemos que librar en el día a día, en el barrio, en el trabajo, en las escuelas. Tratando de ser los guardianes justicieros en esos lugares donde el control del Estado no llega. 

Yo estudio ciencias políticas, creo en la política, creo que es la herramienta mas eficaz. Pero por eso no defiendo a los políticos, simplemente quiero ser mas autocrítico con nosotros mismos como sociedad, donde dejemos de una buena vez de lavarnos las manos y poner excusas, NO MAS EXCUSAS. Ese es mi lema y mi bandera: NO MAS EXCUSAS.

Basta de mirar siempre para afuera, miremosnos un poquitito para adentro, miremos que estamos haciendo. ¿Estamos haciendo bien las cosas? Si podemos sacar un poquito de ventaja sobre el vecino, el compañero, el del quiosco lo hacemos? 

El Estado es el principal actor para tratar de mejorar estos aspectos, pero no es el único, y en un mundo cada vez mas complejo y que se expande vertiginosamente cada vez cuesta mas llegar a concientizar, a controlar. 

¿Cómo es posible que me sienta mas seguro en algunos países que otros? No se si es solamente por las políticas que llevan a cabo los gobiernos, pienso que es mas que nada por la GENTE. Yo no estoy conviviendo todo el tiempo con policías, funcionarios o gente de poder, pero si estoy codeándome constantemente con gente, común y corriente como yo. Y tener mayor o menor seguridad, confianza, alegría o tristeza afirmo que se debe mucho mas como consecuencia del accionar de estas personas.

Sinceremosnos, pongamos las cartas sobre la mesa y brindemos de una buena vez esa batalla cultural que nos debemos. Los políticos podrán ser mejores o peores, estar de acuerdo o en contra de su ideología o accionar, pero ellos pasan, o mejor dicho nosotros tenemos el poder de dejarlos pasar o hacer que se queden. En cambio nosotros, la gente, la sociedad en si seguimos, seguimos relacionandonos todo el tiempo, trabajando, estudiando, buscando un mejor destino. Y en esas "transacciones" diarias es donde tenemos que mejorar, no ser egoístas, buscar el bien propio pero no a costa del bien común. 

El título de esta nota suena a frase repetida, suena a metáfora más que realidad, pero es una frase que no busca nada mas que eso: simpleza. No perdamos la memoria, sepamos ser críticos de quienes nos conducen y nunca olvidemos que el poder reside en nosotros. Pero ese poder sólo nos dará beneficios cuando sepamos mirarnos a nosotros mismos y ser coherentes en nuestro accionar.